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viernes, 10 de julio de 2015

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NICOLÁS GUILLÉN


Nicolás Guillén fue un escritor y activista nacido en la ciudad de Camagüey, Cuba, el 10 de julio del año 1902 y fallecido en La Habana el 16 de julio de 1989. Probablemente heredó su vocación por el periodismo de su padre, a quien perdió en plena adolescencia, desgracia que acarreó una situación económica muy delicada para su familia. Tanto su madre como sus hermanos eran personas con un alto grado de instrucción, por lo cual la adversidad no pudo atacar ese aspecto tan fundamental para un hombre de letras. Ya a los 18 años de edad editó sus primeros versos a través de varias revistas de interés cultural. Poco tiempo más tarde compuso un poemario denominado "Cerebro y corazón", el cual debió esperar más de cincuenta años para ser publicado. Como muchos otros poetas, se aventuró al estudio de la carrera de Derecho; sin embargo, no se encontró a gusto con el sistema educativo, e interrumpió definitivamente la cursada, plasmando en una obra su decepcionante experiencia como universitario.

Dentro de su legado poético, existen más de dos decenas de libros, publicados principalmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX; algunos de ellos son "Negro Bembón" y "Poemas de amor".


Poema: TENGO

Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.

Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero, como se dice en español.

Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.

Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tennis y no yatch,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.

Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.

Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.

Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.


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